Estimada familia y amigos de Rosario, entendemos su dolor y por eso deseamos escribir unas palabras de ánimo que nos han ayudado bastante a sobrellevar estos momentos difíciles. Jesús mismo experimentó este dolor cuando murió su amigo Lázaro, pero en esa ocasión él dio una muestra de lo que pronto volverá a hacer para todos, devolverle la vida a nuestros seres queridos que han muerto. La Biblia registra esta promesa: “No se asombren de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas oirán su voz y saldrán” (Juan 5: 28, 29). ¡Imagínense la alegría de todos los amigos de Lázaro cuando lo vieron salir de la tumba! Ustedes también podrán sentir la misma alegría cuando resucite su querida Rosario y puedan disfrutar para siempre de la vida en la tierra, con salud perfecta y felicidad eterna.