Afortunada aquella mujer que presume su belleza incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Esta sí que tiene valor delante de Dios. Madre amorosa, sus guisos dieron el sabor a los días grises, y su receta han pasado de generación en generación, la distancia nunca fue impedimento para que junto a sus hijos y nieto compartieran el amor por la cocina, ¡Cuantas cualidades puede haber en una sola mujer! Basta con escuchar lo que se cuenta de ella para saber que realmente su paso por esta tierra ha sido único, cumpliendo la misión que Dios dispuso en su corazón y que abrió su camino para dedicarse a lo que sería en su momento… Su motor para salir de un momento difícil. Poco más de 10 año fueron los que dedicó a ser la líder de una de las empresas más grandes en cosméticos, con su entusiasmo y ganas de emprender logró metas increíbles en su labor, aunque su satisfacción más grande fue tener en sus manos la posibilidad de mejorar la calidad de vida de mucha gente. Hoy faltan palabras para plasmar su historia, por que muchos detalles se no escapan entre lo dedos, sin embargo, los recuerdos vividos hablan por sí solos.