El dolor profundo por la pérdida de la pareja con quien se había construido un futuro y ya no se encuentra; hace que afloren los recuerdos y se mantengan pegados al alma.
El duelo es el sufrimiento emocional intenso provocado por una pérdida; es como un valle sombrío y es un proceso difícil y doloroso que puede ser duradero; el tiempo aproximado es de 1 a 3 años. Este viaje es personal y único, por lo que se debe respetar la manera en que se enfrente o transite.
Las parejas tienden hacer planes y proyectos durante la vida, algunos llegan a cumplirse y muchos de ellos se truncan por la partida de uno de ellos, se mueve la forma de afrontar la realidad.
Este tipo de muerte impacta directamente al doliente, ya sea por ser repentina, lenta por alguna enfermedad limitante o crónico degenerativa, donde se da un duelo anticipado.
También es importante tomar en cuenta la edad de la pareja en duelo ya que las personas jóvenes pierden sus proyectos, sueños y expectativas. Mientras que cuando la pareja es mayor se enfrenta a la soledad y enfermedades propias.
El apego, compañerismo, profundo amor del uno por el otro, ser soporte incondicional, saber que tenían un vínculo estrecho puede hacer difícil o fácil el duelo.
Usualmente las personas que han desarrollado y mantenido una relación estrecha con Dios, asumirán y resolverán la pérdida no sin dolor pero con confianza y consuelo.
Durante este proceso se suelen remarcar tres emociones las cuales son tristeza, miedo y enojo, que estarán manifestándose en diferentes momentos, pero el reconocer que son normales por la situación permitirá estar consciente de sus propios sentimientos y también de los que están vinculados con su cónyuge.
Consejos prácticos
Es importante ser paciente en todo el proceso, tomarse el tiempo necesario para curar las heridas emocionales de la ausencia, mantener una rutina que le permita estar centrado en la realidad, descansar lo necesario ya que el cuerpo necesita recuperarse al igual que el alma y no sobrecargarse de actividades.
Mantener las amistades permitiendo a otros que le consuelen y apoyen en el dolor, no aislarse física y afectivamente de las personas, realizar una lista de los amigos o familiares a los que pueda llamar en momentos de tristeza.
Sentir el dolor sinceramente ya que la intensidad del dolor es normal e irá disminuyendo con el tiempo aunque probablemente no desaparezca.
Evadir el dolor prolongará la tristeza, enojo o temores; afectando otras áreas como la física, emocional o espiritual.
Ser consciente que el dolor es normal, predecible, y que los cambios son parte del proceso. Tener presente que el dolor es parte de la cicatrización de las heridas.
Sanar, procesar la culpa, la ira y alejarse del “hubiera”, así como concentrar sus energías en sanar.
Recordar de manera positiva al ser amado a través de los recuerdos con pensamientos saludables que llenarán el corazón de amor y esperanza.
Además otro punto importante a tomar en cuenta es que los hijos tienden a sentir temor a perder al padre que sobrevivió, por ese motivo corresponde al adulto explicarle en la medida que sea posible de acuerdo a la edad lo sucedido, además de proporcionarle confianza y respetar su sentir.
Cuando los hijos ya son adultos se sugiere involucrarse en el proceso de duelo de sus padres, compartir el dolor no lo elimina pero permite ser sensibles los unos con los otros, pueden ayudar al padre o madre doliente.
Proporcionar contacto físico, abrazos, caricias y estrecharse las manos permite sentir a través de la calidez amor, afecto y cariño.
Parte de la recuperación del viudo o viuda es valerse por sí mismos, ser autosuficiente, solucionar sus problemas cotidianos y las situaciones a las que se tendrá que enfrentar a partir de ahora.
Con el tiempo alma, cuerpo y espíritu recobrarán su equilibrio, darse la oportunidad de conocerse, reinventarse y recordar a su amado o amada, honrar su vida a través de la suya le permitirá adaptarse a su nueva condición emocional.
No es solo lo que yo se, si no lo que tu vives.
Amanin Flores
Referencias:
Clinton, T. Trent. J. (2014) Consejería bíblica, T.2 Manual de consulta sobre el matrimonio y familia. EEUU: Portavoz Apuntes del diplomado de tanatología: preparados para consolar bíblicamente a las familias con pérdidas (2020). Centro de entrenamiento para consejeros cristianos.